domingo, 2 de septiembre de 2012

Capitulo 1: La regadera




Porque nunca te das cuenta de este tipo de cosas hasta que ya no se puede arreglar, hasta que es completamente irreversible, hasta que has caído completamente en ello
Me presento, mi nombre es Kim Jaejoong, soy un estudiante común y corriente, estudio artes en la universidad de Seúl y soy el mejor de mi clase… bueno, lo era hasta que el apareciera en mi vida, un chico hermoso, más lindo que cualquiera que yo haya visto y a pesar de ser lindo tiene actitudes típicas de un hombre que te hacen ver que en realidad no es una chica, sus facciones son delicadas, suaves y su cuerpo es sumamente perfecto en proporciones

-hola Jae- allí venia mi tormento, tenía nombre y apellido… Kim Junsu, si, era mi compañero en las clase y el protagonista de mis sueños húmedos, no había noche que no soñara con tener su cuerpo entre mis brazos, perdido en el placer que le entregaba y escuchando sus gemidos, de solo pensarlo comenzaba darme calor de nuevo, lo cual no era bueno si lo tenía en frente mío

-hola Su, ¿Cómo estás?- su sonrisa se hizo presente y asintió dándome a entender lo bien que se encontraba

-mañana tengo un partido, te parece si vienes a animarme- yo solo asentí emocionado, desde que Junsu llego he sido su amigo y casi guía tanto en el colegio como en las clases, pero no contaba con que me fuera enamorando de él, después de todo era alguien bastante torpe y descuidado, aunque lindo y agradable. Cuando descubrí que me gustaba Junsu fue un doble golpe, primero porque me gustaba un hombre y segundo, me gustaba mi amigo, la verdad es que lo supe cuando no paraba de pensar en el, incluso si lo había visto unas horas atrás, el seguía rondando mi mente como una sombra y eso, no era normal

-ya veras que ganaran solo por mi forma de animarte- el comenzó a reír y golpeo mi hombro

-serás tonto, aunque es cierto que el que estés observándome me hará jugar mejor- caminamos juntos al aula magna de la universidad, nos iban a dar una catedra allí hoy a los estudiantes de arte, creo que era sobre ir a estudiar y ejercer en el extranjero, la verdad es que eso no importaba mucho, yo era un gran pintor, de hecho ya había vendido unos cuantos cuadros, el problema de ir al extranjero era que, después de haber conocido a Junsu, realmente no me imagino una vida sin el y eso me asusta mucho, porque a pesar de que es mi amigo, yo sé que lo mas probable es que no sienta lo mismo que yo y en algún momento tendrá que hacer su vida junto a alguien y yo, como su amigo he de estar allí apoyándolo… no saben cuanto me dolerá cuando eso ocurra, pero por el momento pienso disfrutarlo para mi solo por muy egoísta que eso suene

Me encontraba intentando hacer el boceto de un paisaje, estaba sentado bajo un árbol con mis piernas flectadas para usarlas de soporte, lo único malo era que cada vez que comenzaba con una línea simple como parte del paisaje, se transformaba en un rostro que me era muy familiar para terminar en un rostro del cual sabia su nombre, Junsu, me parecía increíble que incluso cuando me liberaba de su tormentoso rostro, volvía a mi de manera inconsciente, suspire por séptima vez, me di por vencido y cerré mi block de dibujo, mejor iba a tomar un poco de agua para lograr despejar mi cabeza. Pase por el campo de futbol, allí en el pasto se encontraba Junsu elongando con uno de sus compañeros detrás para ayudarle, como odiaba que lo tocaran, se notaba esa cara de babosos que ponían cada vez que corría en el campo

-Jae- mire nuevamente, esta vez Junsu se encontraba parado saludándome con una mano y una hermosa sonrisa en su rostro, le devolví el gesto

-recuerda venir mañana- grito para hacerse oír, yo solo asentí, me miro por ultima vez y volvió a entrenar con su equipo, esos pequeños gesto que el tenia me hacían quererlo más y más

Llegue a mi casa para recostarme en mi cama y pensar mil y una formas de decirle la verdad a Junsu, pero ninguna era lo suficientemente buena… no, miento, yo era demasiado cobarde como para aceptar un no y mucho menos para aceptar que se rompiera nuestra amistad por un capricho mio de decirle. Jamás podría permitir que eso ocurriera. Me encontraba sufriendo por mi cobardía cuando escuché sonar el timbre, decidí que dejaría que, quien fuese que estuviese afuera, pensara que no me encontraba en casa, después de todo era imposible que fuera Junsu, el esta en esas clases hasta bien tarde. Cerré mis ojos para descansar un poco, pero el sonido del timbre me molesto de nuevo, comenzó a sonar insistentemente como si mi visitante supiera que me encontraba en ese momento, ya me estaba cansando, sonaba y sonaba a cada minuto, ya enfurecido me pare enojado y baje las escaleras para ver quien se creía dueño de casa para venir a tocar de esa manera

-¡¿Qué quieres?!- pregunte enojado apenas abrí la puerta sin mirar quien era

-que sensible, vengo a verte- era Yunho, me miro de manera reprobatoria, yo solo rodé los ojos y lo deje pasar, nos sentamos en el sofá de la sala de estar, mi humor era de perros, realmente tenia toda la intención de descansar

-¿a que viniste?- el me miro con el ceño fruncido, sabia que estaba siendo descortés, pero me vuelvo muy insoportable cuando me despiertan o entorpecen mi sueño y, precisamente eso había hecho mi querido amigo

-no seas mal educado, mira, vine a proponerte algo- lo mire con desconfianza, quizás que cosas se le han ocurrido ahora

-algo como que- una sonrisa apareció en su rostro, yo conocía perfectamente ese tipo de sonrisa, es la que tienen los niños pequeño cuando van a realizar una travesura, y eso, me da mala espina

-es simple, te propongo tomar a Junsu en el lugar apropiado, tomarlo por sorpresa, no obligarlo pero si debilitarlo- si digo que quede con la boca abierta era poco, todo en mi rostro se expandió, como Yunho cuando duerme, la sorpresa calo hondo en mi, porque, jamás me espere algo así de el

-¿tu te volviste loco o que?- su sonrisa se hizo mas amplia, definitivamente esto no me traería buenas consecuencias

-te explico, hay varios lugares en los que puede hacer eso, los mas apropiados serian la regadera, que es donde Junsu siempre esta después de entrenar, y esta mas vulnerable sin poder escapar, es ideal, en algún lugar publico podría ser, para hacerlo mas prohibido, un callejón tal ves o un ascensor, ¡eso!, seria perfecto, también podría ser…- mi mente ya no lo escuchaba, el, estaba hablando en serio, de cierta manera él quería que yo tomara a Junsu sin rendir explicaciones ni sentirme culpable, quería que lo atara de cierta manera a un deseo carnal a mi y eso no era… a quien engaño, me gustaba por una parte, pero no era todo lo que quería, yo quería mas que eso, no solo ser el objeto de deseo de Junsu- hay muchos lugares donde podrías hacerlo, es perfecto y simplemente no se te escapara y luego, con el tiempo te necesitara tanto y te vera de una manera tan cercana que se terminara enamorando de ti y serán felices para siempre- mi rostro debió ser todo un poema porque casi se asusto al observarme

-eso no, no es coherente, de ninguna manera podría funcionar- él se paro ofuscado, como si me hubiera dicho lo mas simple del mundo y yo no lo comprendiera, claro que comprendo lo que me ha dicho y aseguro que no es nada simple

-claro que si, solo piénsalo, es perfecto, así que mañana comienzas con el plan, ¿tiene partido mañana, no?- yo asentí aun un poco choqueado con todo lo que acababa de oír- ¿ves?, es perfecto-

-no se- si, estaba comenzando a ceder, mas por la idea de tener a Junsu por fin que por el extraño razonamiento que había hecho mi amigo

-o vamos, a que funciona- lo mire aun con dudas, aun así asentí, dándole a entender que lo intentaría, pero solo si se me daba la oportunidad, de otra manera ni me le insinuaría

Así llego la mañana, no había podido dormir casi nada por culpa de Yunho, estuve toda la noche pensando en posibles lugares y las cosas que haría, estuve entre ducha y ducha toda la maldita noche, me levante aun cansado, aun así debía ir a su partido, no podía darme el lujo de faltar a algo tan importante, me duche como por decima vez y cuando me encontré listo Salí rumbo al campo de futbol, me encontraba un poco nervioso, porque luego de jugar los del equipo iban a las regaderas a ducharse y Junsu siempre esperaba a que se fueran todos y luego iba el, cuando ya no quedaba nadie, era la ocasión perfecta para poner en marcha el plan del cual cabe recalcar ¡aun! no estaba muy seguro

Entre al campo de futbol y vi a Junsu calentando, estaba trotando alrededor de la cancha muy concentrado, casi serio, me pareció lindo verlo tan nervioso. Una persona como Junsu quiere siempre dar lo mejor de si, por muy nimiedad que parezca. Sonreí mientras lo veía, pensé que no estaba bien molestarlo así que me fui a sentar a las bancas. Pasaba el tiempo y la gente ya llenaba las gradas, Junsu paro de repente de hacer sus ejercicios y miro a todas partes, su rostro lucia preocupado, me levante y agite mi mano para llamar su atención, apenas me vio una sonrisa ilumino su rostro, me saludo con un gesto y siguió sus ejercicios.

El partido había comenzado, mis ojos seguían a Junsu donde se moviera y cada vez que lo tiraban al suelo me enfurecía, ¿Cómo se atrevían siquiera a tocarlo?, eso debería ser penalizado por ley, con castigo, a la horca

-¡VAMOS JUNSU!- grite fuerte para hacerme escuchar entre la multitud, lo vi correr hacia el arco con la pelota, varios jugadores lo seguían, paso unos cuantos y metió un gol, salto celebrando su gran jugada, se giro e hizo la V de victoria con su mano observándome con una sonrisa dejaba ver sus perfectos dientes, yo le respondí con el mismo gesto, así continuo el partido.

Ya estaba finalizando el encuentro, el equipo de Junsu llevaba 5 goles y el contrario llevaba 3, iban ganando, Junsu hizo un penal y se termino el tiempo, todos corrieron a abrazarse por la felicidad de la victoria. Baje las gradas para encontrarme con Junsu el cual me dio un abrazo efusivo

-gane hyung, ¿me viste?, a que estuve genial, a quien engaño estuve perfecto, haaa soy tan bueno- yo lo iba escuchando mientras caminábamos al casino, íbamos a comer mientras los otros jugadores se bañaban ya que a Junsu no le gustaba ducharse cuando había gente cerca, le daba vergüenza

-wa esto esta muy rico Jae, muchas gracias- hoy en la mañana me había levantado temprano para poder hacer la comida, y al parecer me quedo bastante buena y me gusta mas que me halague, se siente bien

-de nada Su, para eso estoy- siguió comiendo, parece que estaba muerto de hambre, comió todo muy rápido, hice casi cuatro platos por si llegaba alguien, pero se había comido dos y medio el solo, comencé a comer antes de que me dejara sin almuerzo, que cuando Junsu hace ejercicio es peor que su amigo, Changmin y eso es decir mucho

-he quedado satisfecho- dijo apoyando su espalda en el respaldo de la silla y sobando su estomago, tenia una gran sonrisa en su rostro, parece que es verdad que la comida alegra, o, como sea que fuere el dicho que en este momento no me acuerdo

-te has comido casi tres porciones, si no es porque comencé a  comer, te comes la mía también- el rio sonoramente, ambos nos giramos al sentir la puerta del casino abrirse, eran todos los del equipo de futbol, entraron todos limpios para comer algo y saciar su hambre

-bueno, ahora me iré a bañar yo, tu guardas aquí mientras ¿ok?- asentí, el tomo su bolso y lo vi salir por las puertas, esta decidido, solo si luego de terminar aquí y voy a las regaderas, el sigue bañándose, pondré en marcha el plan, sino, será en otra ocasión. Con ese pensamiento en mi mente comencé a guardar todo de manera rápida.

-la la la, wow- entre a los camerinos de manera sigilosa, la voz de Junsu mientras cantaba inundo mis oídos, seguí esa melodiosa voz hasta que llegue frente a uno de los cubículos, la puerta se encontraba entreabierta, bastaba que yo la empujara para poder verlo y lograr de una vez por todas seducirle y hacerlo mio. Pero su voz me ponía nervioso, el sonido del agua cayendo marcaba el tiempo y era capas de escuchar mi propia respiración, no sabia que hacer, pero, no podía hacerlo me encontraba paralizado por completo. Mi imaginación me jugaba una mala pasada, veía a Junsu denudo, todo mojado, era tentador, pero mis manos no se movían para abrir la puerta y verificar esa hermosa y alucinante imagen.

-tu puedes Jaejoong, ¿Qué es lo peor que podría pasar?- que Junsu se enoje y luego me tenga miedo, no, no Junsu no haría eso, pero… un sonido me saco de mis pensamientos, era… una campana, alarma quizás, iba a abrir la puerta cuando de la nada esta se abrió sola dejando ver a Junsu, su bien formado cuerpo, todo mojado, mi vista lo recorrió por completo y la temperatura comenzaba a subir

-hyung, ¿Qué pasa?, ¿Por qué suena la alarma de incendios?- el me corrió y fue a ponerse la ropa sin secarse, se encontraba dándome la espalda, podía aprecian perfectamente su formado trasero, en ese momento quería tirarme sobre el y hacerle un montón de cosas, pero su pregunta me quedo rondando en la mente, ¿alarma de incendios?

-Jaejoong- lo mire, las gotas caían sobre su rostro, sin poder evitarlo lo acorrale a la pared y enterré mi rostro en su cuerpo sintiendo su aroma a jabón, era delicioso quería comerlo

-Jae no seas encimoso, vamos que es peligroso quedarnos aquí- me alejo y luego de tomar sus cosas tomo mi manos y salimos corriendo del lugar para ir a una zona segura, me encontraba un poco desorientado, quería estar con el en ese momento, me había armado de valor para poder hacerlo y se abre la maldita puerta, luego lo abrace estuve a punto de saborear su blanquecino cuello pero el susto del incendio me lo impidió

Todos se encontraban en la cancha formados en final, Junsu estaba frente a mi aun todo mojado

-bien hecho chicos, ha sido todo un excito el simulacro de incendios- mi mente comenzó a procesar todo, eso quiere decir que… no pude por… ¡MALDITO SIMULACRO DE MIERDA!


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo contigo Jae!!!!!
Estuvo tan bueno que ya hasta me imaginaba la escena continuacion por favor!!!!!!!!!!!

moneiba dijo...

jajajaja pobre jae jajajajja linda exijo conti..jae debe conseguirlo pobre se quedo con las ganas

ktta dijo...

me gusto!!!! que rabia lo del simulacro >.< de verdad espero mas!